Ayer me levanté en modo avena. Vaya usted a saber por qué. Yo y mi saco de avena solos en casa, podía pasar cualquier cosa…me dijo “ven” y lo dejé todo.
En la mesa, como en la vida, es importante disfrutar. Y es que a veces he oído a gente que comía tal o cual cosa por obligación, sin placer. Y me da penita. Como esas personas que salen del médico con su lista de prohibiciones alimentarias y ya están amargadas antes de empezar.