Aún recuerdo cómo de pequeña mis familiares me repetían la frase “¡¡Cuidado, no te vayas a ortigar!!” cada vez que mi curiosidad infantil me llevaba a acercarme, tocar, oler y recolectar plantas y flores silvestres. Junto con las silvas (zarzamoras) eran los grandes enemigos vegetales a temer. Con el paso de los años y un mínimo conocimiento de las técnicas de agricultura ecológica, supe que la ortiga era muy preciada para repeler algunos insectos pero también para reforzar los cultivos.
Escribo este post con la intención de que, al menos unx de vostrxs se atreva a cocinar cereal en grano. Resulta que en las últimas décadas nos hemos desligado tanto de los alimentos al natural, tal como se encuentran en la naturaleza, que ni los conocemos ni sabemos qué hacer con ellos.